La Cueva del Guácharo, también conocida como el Monumento Nacional
Alejandro de Humboldt, se encuentra en la zona nor-oriental de
Venezuela, al norte del estado Monagas en el macizo montañoso de Caripe.
Fue decretado como Parque Nacional el 15 de julio de 1949.
De esta misteriosa cueva es mucho lo que se ha dicho, pero al visitarla los guías que te acompañan en el recorrido se encargan de aclarar los mitos que aún rodean al monumento.
Al llegar al parque, hay gente que alquila botas de hule, la tarifa
es muy baja para todo el dolor de cabeza que te quita de encima. Pues,
el interior de la cueva está repleto de restos de semillas, excrementos
de los guácharos y la humedad propia del lugar.
Es importante que quienes entren a la cueva no tengan miedo a la
oscuridad, pues deberán recorrer unos mil 500 metros de trayecto
prácticamente a oscuras. El recorrido comienza en una boca de 23 metros
de alto por 28 metros de ancho que se encuentra ubicada en la pared Sur
del cerro.
La cueva no desemboca en Brasil, como dice mucha gente, pero si tiene
un límite. Pues, para ir más adentro de la caminería establecida es
necesario equipos de oxigeno y un entrenamiento más especializado.
El otro mito es que los guácharos viajan a Brasil para alimentarse.
Esta información también es falsa, pues ellos se alimentan de los
árboles que están en los alrededores e la cueva. Los guácharos no pueden
descender menos de 3 metros porque sino no pueden elevar vuelo
nuevamente y están condenados a morir. Por eso, hay sectores en la cueva
en las que no hay guácharos (pues para llegar a ellas hay que
agacharse).
Otro aspecto curioso es que dentro de la cueva, a pesar de la escasez de luz crece una especie de plantas que dan vida vegetal.
La Cueva del Guácharo es sin duda un destino infaltable en la larga lista de opciones que ofrece el oriente del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario